Vale la pena señalar que, si bien los huevos crudos son una buena fuente de proteínas y otros nutrientes, cocinarlos puede aumentar la capacidad del cuerpo para absorber las proteínas que contienen. Entonces, si bien los huevos crudos tienen algunos beneficios nutricionales, los riesgos potenciales para la salud a menudo los superan y, en general, es más seguro consumir huevos cocidos.
De hecho, el consumo de huevos crudos puede ser perjudicial debido al riesgo de infección por salmonella, que puede provocar síntomas como diarrea, vómitos, fiebre y calambres abdominales, por lo que conviene desinfectar la cáscara del huevo. Si bien las posibilidades de que un huevo esté contaminado con salmonella son relativamente bajas, sigue siendo una preocupación importante, especialmente para ciertos grupos de personas que corren mayor riesgo, como los ancianos, las mujeres embarazadas, los niños pequeños y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados. Además, los huevos crudos pueden interferir con la absorción de biotina (vitamina B7), que es esencial para la producción de glucosa y ácidos grasos en el cuerpo. Para minimizar los riesgos, se recomienda mantener los huevos refrigerados, utilizar huevos pasteurizados si se consumen crudos y cocinar bien los huevos.